Mi verde y cristalino hogar
Cada vez que contemplo un paisaje natural y salvaje, me invade una increíble sensación de paz y tranquilidad. Quizás sea el verde de la vegetación o, tal vez, el sonido del agua cristalina que cae por la cascada.
Siento que estoy en mi hogar, una hermosa morada natural que desborda su inmaculada grandeza y explota la vitalidad que fluye a través de ella.
Si me acerco lo suficiente, descubro el mágico diálogo que se establece entre los seres y la matriz que los alimenta.
Nuestros ancestros forjaron su legado en lugares como este, y nosotros, como herederos del viento, debemos asegurar que las generaciones venideras se embriaguen de su esplendor.
Hoy más que nunca, brindo por aquellas personas que eligen vivir en armonía con su entorno natural.
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