«Be steam my friend»
¿Alguna vez has observado cómo el sol funde el hielo y lo convierte en un río de agua que, a su vez, se transforma en vapor y se dispersa por el cielo celeste? Como si de un milagro se tratase, el agua pasa de su fase estable y ordenada a fluida y adaptable, y de su fase fluida y adaptable a fraccionada y difusa, conservando siempre su esencia más pura.
El agua es muy importante para la vida y forma parte de todas las relaciones humanas, y es curioso la similitud que presenta, en términos sociológicos, este cambio de fases del agua y la sociedad. Basándose en esta analogía, los sociólogos nos hablan de los tres tipos de sociedad que conviven en la actualidad: sólida (pasado), líquida (presente) y gaseosa (futuro inmediato), cada una marcada por una época, con sus rasgos característicos, ventajas y limitaciones.
Antes de la era digital, la «generación sólida» se posicionaba con sus normas claras y duraderas. De esta generación heredamos la idea de estabilidad, estructura y cohesión, y nos mostró relaciones humanas basadas en la confianza, la lealtad y el compromiso. Los cambios que trajo consigo la digitalización debilitaron estas normas y valores, dando lugar a una sociedad que fluye, cambia y se adapta, conocida como «generación líquida» (Zygmunt Bauman). El avance de la tecnología, la globalización y la cultura de la información acelera el tránsito a la siguiente «generación gaseosa» (Manuel Castells), fluida, deslocalizada e individualista, de personas independientes que se buscan a sí mismas y establecen relaciones volátiles.
Tal y como nos decía Charles Darwin en su teoría de la evolución: «la especie que sobrevive no es la más fuerte ni la más inteligente, sino la que se adapta mejor al cambio»; los humanos, como el agua, conservamos nuestra esencia pura y, como hemos hecho siempre, sabremos encontrar el equilibrio y adaptarnos a vivir en el aquí y ahora, convirtiéndonos en gases que se expanden en todas direcciones sin ningún patrón ni control, sustituyendo la frase de Bruce Lee «Be water my friend» por la de «Be steam my friend», y sin perder de vista la máxima que nos persigue desde siempre: disfruta del camino porque lo que hoy construyes mañana se lo lleva el viento.
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